Mundo Fintech

El boom de las Fintech tras el COVID-19 en México 

TMSourcing

Por Angélica Cruz 

La pandemia del COVID-19 no solo alteró la salud pública y las economías globales, sino también aceleró la digitalización de servicios financieros en México. En un país donde el uso del efectivo es predominante y la inclusión financiera históricamente ha sido baja, las Fintech emergieron como soluciones clave para mantener la actividad económica y ofrecer acceso a servicios financieros a millones de mexicanos. 

Pero a todo esto ¿qué son las Fintech? El concepto viene de la unión de las palabras en inglés finance (finanzas) y technology (tecnología), es decir tecnología financiera y hace referencia a la aplicación de tecnología para innovar en los servicios financieros. Las empresas Fintech ofrecen soluciones financieras a través de plataformas digitales, como aplicaciones móviles y páginas web, agilizando y simplificando los procesos financieros. 

 

Crecimiento acelerado del ecosistema Fintech 

Antes de la pandemia, México ya mostraba señales de un ecosistema Fintech en expansión debido a la publicación de la Ley para regular las Instituciones de Tecnología Financiera el 9 de marzo de 2018, comúnmente denominada Ley Fintech que buscaba regular aquellas plataformas digitales que ofrecían servicios financieros bajo esquemas que no necesariamente cumplimentaban requisitos aplicables a entidades financieras. 

En este sentido la Ley Fintech establece la creación de tres nuevos tipos de entidades financieras: las Instituciones de Fondos de Pago Electrónico (IFPE)  que son aquellas que prestan servicios de emisión, administración, redención y transmisión de fondos de pago electrónico; las Instituciones de Financiamiento Colectivo (IFC) dedicadas a poner en contacto a personas del público en general, con el fin de que entre ellas se otorguen financiamientos; y los Modelos Novedosos (MN) este tipo de entidad será aquella que preste servicios financieros por medio de herramientas o medios tecnológicos con modalidades distintas a las existentes en el mercado. Todas estas entidades ofrecen sus servicios al público de forma enteramente digital, por lo que no cuentan con sucursales.  

Si bien en 2019, un año después de la publicación de la Ley Fintech se alcanzó el mayor número de solicitudes presentadas hasta la fecha, con un total de 96, la crisis sanitaria global actuó como un catalizador, pues de acuerdo con datos de El Economista, al cierre del 2024 en total se habían recibido 188 solicitudes para la autorización de Instituciones de Tecnologías Financiera (ITF) y Modelos Novedosos (MN), de las cuales 126 corresponden a IFPE, 53 a IFC y 9 a MN.  

Actualmente, el número total de entidades financieras reguladas bajo la Ley Fintech asciende a 84, de las cuales 57 son IFPE y 27 son IFC. Este aumento se debe en parte a la necesidad de soluciones digitales rápidas y accesibles durante el confinamiento. 

En adición a la entrada de estos nuevos modelos en el ecosistema financiero, cada día son más los bancos, sociedades financieras populares, procesadores de pagos y transmisores de dinero que ofrecen productos o soluciones financieras con capacidad de realizar un customer journey cien por ciento digital.  

Inclusión financiera. 

Durante el confinamiento, muchos mexicanos —especialmente jóvenes y trabajadores independientes— comenzaron a usar billeteras digitales, apps de crédito y servicios financieros en línea. 

A la par, miles de pequeñas y medianas empresas dieron el salto digital al comenzar a aceptar pagos electrónicos, gestionar sus finanzas con herramientas Fintech o solicitar financiamiento en línea, muchas veces por primera vez. Esta adopción masiva reflejó un cambio estructural en el modelo financiero del país. 

Uno de los principales objetivos de las Fintech es reducir la brecha de inclusión financiera. De acuerdo con datos recientes de Finnovista, el 44.6% de los productos y servicios Fintech están dirigidos a personas y negocios con escasa o nula vinculación con la banca tradicional. Este porcentaje se ha mantenido estable en los últimos años, lo que confirma el compromiso del sector con atender a usuarios históricamente excluidos. 

Sin embargo, este esfuerzo aún no se traduce en una mejora significativa a nivel nacional. Según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera el número de personas entre 18 y 70 años con al menos un producto financiero no ha variado sustancialmente desde 2015. 

Conclusión 

La pandemia del COVID-19 actuó como un acelerador para las Fintechs en México, impulsando su crecimiento y transformación. Si bien se han logrado avances significativos, el camino hacia una inclusión financiera plena requiere esfuerzos conjuntos y sostenidos. Las Fintechs tienen el potencial de ser agentes de cambio, pero su éxito dependerá de su capacidad para adaptarse a las necesidades de todos los mexicanos, especialmente de aquellos en comunidades rurales y marginadas. 

 

Angélica Cruz 

Licenciada en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).Oficial de Cumplimiento por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).