Por Benjamin Guerrero Verdin
La facilidad y disponibilidad inmediata con la que podemos realizar operaciones bancarias o financieras, movilizando dinero para pagar un simple recibo de luz, hasta transacciones de gran escala en cualquier parte del mundo, esto desde la comodidad de dispositivos móviles en minutos, es gracias al trabajo conjunto entre especialistas de servicio al cliente, maratónicas reuniones de áreas de desarrollo, áreas de sistemas, áreas jurídicas y ciberseguridad, todo es cuando se trata de bancos.
Con la era Fintech, este trabajo se resume en las ideas de emprendedores que tienen la habilidad para crear muchas veces desde casa con gran innovación y tecnologías disruptivas, muchos de productos financieros que actualmente se utilizan en el mundo.
Hoy, gracias a los imparables alcances de las nuevas tecnologías y la agresividad activa del emprendimiento, el terreno global lo está conquistando el poderío Fintech, mismo que está acaparando el gusto de los usuarios, sustituyendo la añeja lealtad a los bancos por la dinámica de Apps que resuelven los requerimientos del cliente sin necesidad de una sucursal.
Pero debemos saber que detrás de esto hay varios siglos con conexiones a contar.
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EVOLUCIÓN:
Todo esto tiene una historia que vale la pena resaltar, ya que parte de la necesidad de control en las relaciones comerciales antiguas.
En México, tenemos casi 240 años de antecedentes para el primer nombre formal o legal cuando se creó el Banco de Avío y Minas de aquel mandato con Carlos III, precisamente para financiar a los mineros de la industria novohispana y proveer de metales preciosos a la monarquía española.
Antes de esto, los grandes maestros del comercio, “La Cultura Maya”, su economía entre 2000 A.C. y 1687 aproximadamente, estaba estructurada por medio de la producción primaria, comercio en la agricultura, caza, pesca y minería.
Con todos estos productos, materiales e insumos se crearon los “calendarios de intercambio” entre comunidades, pueblos y mercados locales, ¿que era todo esto? Un sistema financiero.
En otra parte del mundo, los primeros experimentos de bancos y productos financieros con los que se creaban relaciones con clientes, datan de la Mesopotamia antigua hace 5500 años donde se hacían préstamos de granos a la gente del campo. También, se hacían préstamos de granos a transportistas que trasladaban personas, cosas entre comunidades y ciudades, se puede decir que ahí había dos de los primeros productos financieros; financiamiento para la producción y financiamiento para transporte.
En saltos paralelos de la historia, las Antiguas Roma, China, Grecia e India, el comercio a gran escala gracias al tamaño de esos imperios, obligó a mejorar los servicios financieros creando las “cajas” para recibir dinero y guardarlo con sus respectivos registros y en algunos casos, las primeras “casas de cambio” que intercambiaban las monedas locales y del imperio a distintos costos.

Tocando los primeros destellos de la “antigua modernidad”, el periodo medieval tiene vital importancia en el desarrollo formal bancario que dio las bases de los imperios financieros conocidos hasta hoy. Cerca del siglo XIV, se crearon las primeras sucursales bancarias que fueron abiertas en muchas partes del viejo continente, donde familias poderosas como los Bardi, Peruzzi y Medici, tuvieron un lugar destacado muy dominante, mismo que influenció su gran expansión desde el Norte de Italia a toda Europa. Ahí podemos decir que empieza un desarrollo vertiginoso cuando los grandes hombres de negocios en los años 1600 hasta principios de 1800, entienden con gran visión que la nueva era requiere de nuevas divisiones bancarias y financieras por la necesidad de orden en la acumulación de riqueza, en parte generada por un auge inagotable de casi 300 años de piedras y metales preciosos que fueron proveídos por el descubrimiento, conquista y colonización de América, cuestión que coincide con el nacimiento en México del Banco de Avío y Minas.
En Europa, muchas familias ricas, pasaron a ser super millonarias debido a que se vieron beneficiadas por medio de los “tesoros de la conquista” y estos tesoros financiaron la Revolución Industrial creando una extrema necesidad de instaurar un modelo capitalista para los bienes de producción y financieros.
Si las matemáticas no mienten, existen fechas que coinciden con lo antes escrito, gracias al gigantesco auge del capitalismo:
- 1775 – Primera sociedad de préstamo inmobiliario, Ketley’s Building Society, Inglaterra.
- 1782 – Se creó el Banco de América del Norte.
- 1791 – Primer Banco de los Estados Unidos establecido por el Congreso de Estados Unidos.
- 1800 – La familia Rothschild estableció una banca de alcance europeo y Napoleón Bonaparte funda el Banco de Francia el 18 de enero.
- 1817 – La Bolsa de Nueva York es fundada.
Entrando el siglo XX después de estas efemérides, en 1901 Marconi estableció la primera comunicación transoceánica entre Cornualles en Gran Bretaña y Terranova, en Canadá.

A partir de este punto, los bancos se desarrollaron pensando en la distancia y los beneficios que esto podría ofrecer a las operaciones sin la larga espera de cruzar océanos para intercambiar información, provocando un auge fenómeno cuando llega la era de la informática que lleva a cambios fundamentales en las transacciones permitiendo que los bancos crecieran dramáticamente en tamaño y alcance geográfico.
REVOLUCIÓN
Si bien, cabe destacar las últimas dos palabras “Alcance geográfico”, que se podría considerar un parteaguas ya que el “alcance” no cubre la gran brecha digital que significa los rincones del planeta no atendidos por bancos, aquí es donde nace la “Revolución de Servicios Financieros Digitales”.
Veamos que antes de llegar a la era Fintech, tuvimos maestros que sirvieron para apalancar con su infraestructura y recursos todo lo que teníamos que aprender.
En 1994, Stanfords Credit Union creó la primera web de banca online que permitió a los clientes ver todas sus finanzas en un mismo sitio digital, con muchísimos problemas de lentitud y caída de sistema, pero fue la primera.
En 1995 Wells Fargo no se queda atrás y gracias al internet crea su primera banca online, eliminando la información en papel, metiéndola al mundo digital.
Aun así, estas bancas tenían que estar controladas por sistemas dependientes de servidores dedicados y altos costos lo que significaba estar limitado el servicio a cierto grupo de clientes de gran tamaño o poder adquisitivo, además de los gobiernos.

En el año 2000 viene una macro evolución forzada que lleva a los bancos a renovar o actualizar sus sistemas por la famosa “caída de cambio de siglo”. Aquí nace un emprendimiento importante cuando empresas de todo el mundo desarrollan sistemas y programas financieros para rentarlos a bancos, arrendadoras, financieras, casas de préstamo y empeño, casas de bolsa, casas de cambio, etc.
Durante estos años, la expansión mundial obliga al mundo financiero a crear formalmente las áreas de Cash Management y Global Transaction Banking para la implementación de productos especializados y herramientas para crecer o consolidar la relación con los clientes.
Algo que no pudieron controlar los bancos y no lo podrán hacer, son los emprendedores que abrieron más sus ojos, no solo al mundo, si no a la globalización, y en 2007 como Hito, después de 2 años de trabajo al considerar falta de libertad como usuario, limitado por falta de información a la que consideraba tenía derecho y no poder analizar datos, Aaron Patzer, funda mint.com, empresa creada para facilitar la toma de decisiones de clientes sobre su dinero, seguimiento de informes y procuración de objetivos futuros. El éxito fue grande y temprano, generando 1 millón de usuarios. Dos años después Intuit lo compra en 170 millones de dólares.
Si notamos algo importantísimo, todo este nuevo emprendimiento ha provocado una explosión imparable que no la vieron venir los bancos, y es la creación de tecnologías disruptivas con nuevos modelos de negocio que por lógica debieron nacer ahí, dentro de los propios bancos, sin embargo, se les dio poca importancia y ahora se viralizan en todo el planeta.
Estos emprendimientos tienen un nombre y son las Startups que han provocado simultáneamente la evolución de la inversión tradicional en proyectos, al crecimiento acelerado de Venture Capital para atender, mejor dicho, aprovechar el increíble crecimiento y ganancias de los nuevos jugadores de servicios globales financieros a lo largo y ancho del planeta.
Esta ola imparable de productos financieros creados por Startups con tecnologías disruptivas, dieron lugar a la industria Fintech, ya que alguien les tiene que agrupar y representarlos porque el entorno global lo exige.
La tecnología es un factor determinante en el actuar de los servicios financieros digitales con sorprendente innovación todos los días y esto da martillazos de liderazgo que no se ven llegar motivando al emprendimiento a crear productos realmente sorprendentes.
La evolución fue para los bancos, únete y vive la revolución Fintech.

Benjamin Guerrero Verdin
Licenciado en Administración de Empresas / Consultor y Consejero de la Organización Mundial por la Paz / Director General TAI – Consulting & Strategy / CEO – ACNOS TAI CORP, USA.