Por Gabriela Salazar Torres y Melina Cabrera
En el dinámico mundo financiero, los procedimientos de identificación y conocimiento del cliente (KYC, por sus siglas en inglés) son un pilar fundamental para prevenir actividades ilícitas y salvaguardar la integridad financiera. Sin embargo, para la creciente industria tecnológica financiera (Fintech), implementar medidas KYC sólidas al tiempo que se busca atender las necesidades de los clientes y tener una eficiente asignación de los recursos disponibles, presenta un conjunto único de desafíos. Este artículo profundiza en las complejidades del KYC en el ámbito de las Fintech, explorando las oportunidades y los obstáculos que enfrenta.
Actualmente las entidades financieras a nivel nacional e internacional deben llevar a cabo un proceso de KYC de sus clientes y usuarios. En general, dicho proceso debe seguir los lineamientos establecidos en las leyes locales las cuales se inspiran en ciertos principios internacionales que son recogidos en la regulación de cada país.
En el caso de México, para las entidades financieras, el KYC de los clientes y usuarios consiste en:
- Recopilación de información y documentación.
- Verificación de la identidad.
- Evaluación de riesgo.
- Monitoreo de operaciones.
- En su caso, presentación de reportes.
El proceso de KYC es la primera barrera para prevenir la comisión de delitos a través de una entidad financiera y una de las medidas más importantes para prevenir delitos financieros, ya que, además de identificar al posible cliente y a sus beneficiarios finales, nos ayuda a entender cuál será el origen de los recursos que serán utilizados en las operaciones del cliente a través de la entidad financiera, a identificar el perfil de los clientes y a prevenir que posibles infractores tengan acceso a los servicios financieros para llevar a cabo acciones contrarias a la ley.
Tradicionalmente, este proceso se ha llevado a cabo de manera presencial por las entidades financieras; sin embargo, en los últimos años, con la aparición de nuevas tecnologías y el auge de las Fintech, ha sido necesario digitalizar este proceso. La participación de las instituciones de tecnología financiera en el panorama financiero ha aumentado significativamente en los últimos años. Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo, el número de plataformas Fintech creció un 112% entre 2018 y 2021, y esta tendencia ha sido exponencial en los últimos años, con perspectivas de continuar en el futuro. El uso de la tecnología para proveer servicios financieros se ha vuelto cada vez más popular y accesible para las personas.
De igual forma, el uso de las tecnologías de la información y comunicación para la prestación de servicios financieros ha ido agilizando las operaciones financieras, acostumbrando a los clientes y usuarios a servicios que gozan del factor de inmediatez y generando la expectativa de una experiencia que se caracteriza por su rapidez.

Al cierre de 2023, en México había 773 entidades Fintech, las cuales ofrecen diversos servicios como préstamos, financiamiento colectivo, pagos electrónicos, seguros, entre otros.
Independientemente del servicio que ofrezca cada una de estas instituciones Fintech y de la regulación que les sea aplicable, todas tienen en común la obligación de implementar un proceso de KYC. Y aunado a lo anterior, se han detectado una serie de oportunidades y retos para las Fintech al ofrecer servicios financieros a través de tecnologías digitales.
Para las Fintech, el proceso de KYC debe ir más allá del simple llenado de un cuestionario y el envío de información a través de medios digitales. La tecnología juega un papel crucial en el KYC, al simplificar y aumentar la certeza en el proceso, pero también conlleva una serie de retos.
Algunos de los desafíos que enfrentan actualmente las Fintech al implementar sus procesos de KYC incluyen:
- Manejo adecuado de la información proporcionada por los clientes o usuarios: La información proporcionada por los clientes debe ser recopilada, verificada, actualizada y conservada por las Fintech y cada una de estas obligaciones ha presentado diferentes retos sobre todo por la pluralidad de condiciones especiales que pueden tener los clientes, por lo que puede haber problemas para obtener la información completa y correcta a través de las plataformas digitales o, por ejemplo, llevar a cabo la correcta verificación de la información.
- Fricción con los clientes o usuarios potenciales: Las Fintech deben implementar todas las medidas necesarias para evitar la comisión de delitos financieros a través de sus plataformas y al implementar estas medidas se puede generar una fricción con los clientes potenciales al considerarlos largos, tediosos o incluso al tener desconfianza de enviar toda la información y documentación que les es solicitada. Al 2021 se tenía información de que 68% de las personas que inician un proceso de apertura de cuenta con una entidad Fintech abandonan el proceso de aplicación.
- Necesidad de intervención humana: No se puede dejar todo a la tecnología, en algunos casos aún sigue siendo necesaria la intervención del criterio de una persona para poder llevar a cabo el proceso de identificación y conocimiento del cliente o usuario de forma correcta y eficiente. Por ejemplo, para identificar al beneficiario final de una empresa, ya que todas las estructuras corporativas son diferentes y para poder identificar al beneficiario final se debe analizar caso por caso, para poder identificar de forma precisa cuál es el beneficiario final de estas.
- Costos elevados: La implementación de tecnologías para llevar a cabo la identificación de los clientes y usuarios, así como para mitigar los riesgos de la Fintech puede resultar costoso para algunas Fintech, sobre todo para las que se encuentran en la fase inicial de operaciones.
- Seguridad de la información: Las Fintech y sus usuarios se encuentran expuestos a diversos riesgos tales como ataques de phishing, malware, vulnerabilidades de software, fallas técnicas, entre otros. Es necesario que las Fintech cuenten con las medidas de seguridad necesarias para proteger su información y operación.
- Cumplimiento normativo: Las Fintech deben apegarse a la normatividad aplicable, la cual se encuentra en constante evolución por lo que existen riesgos de cumplimiento para las Fintech en caso de que no tengan las medidas necesarias para tener conocimiento de las nuevas regulaciones y buenas prácticas. Adicionalmente, también es necesario contar con el personal adecuado o con la asesoría de expertos en la materia para interpretar dichas normas.

Estos desafíos pueden tener consecuencias importantes para las Fintech en caso de incumplimiento del proceso de KYC. A manera de ejemplo, en México se incluyen, entre otras, las siguientes sanciones:
- Imposición de sanciones administrativas que pueden consistir en el pago de multas, así como sanciones penales en contra de las partes que resulten responsables en la comisión de algunos de los delitos correspondientes.
- Daño reputacional que afectará el prestigio y la imagen de la Fintech, lo cual podría derivar en la disminución de clientes y usuarios, y en la pérdida de inversiones.
- Interrupción de operaciones derivado de las acciones que tendrá que llevar a cabo la Fintech para poder implementar un adecuado proceso, conforme a la normatividad aplicable y a la operación de la misma.
Por lo tanto, es crucial que las Fintech encuentren el equilibrio entre el cumplimiento normativo, una experiencia amigable para los usuarios y la optimización de recursos. Aunque pueda parecer una tarea complicada, contar con el apoyo de proveedores externos, personal capacitado y herramientas tecnológicas adecuadas puede facilitar el proceso y ayudar a encontrar el balance necesario para operar de manera eficiente y en apego a las leyes aplicables.
Gabriela Salazar Torres
Socia fundadora de RMyS Abogados. Abogada egresada de la Escuela Libre de Derecho con amplia experiencia en derecho financiero, en la regulación Fintech, fondos de inversión y start-ups.


Melina Cabrera
Abogada especializada en derecho financiero y corporativo. Directora legal de un grupo de fondos de inversión en Florida.